XV Promocion CMFB
GLORIA POR EL BATALLON

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Extraidas de EL QUINCEAÑERO..........

ANÉCDOTA CONTADA PARA EL “KINCEAÑERO” POR MARCO MONTAÑEZ
 
No se me borra de mi archivo memorial los años de “perro” cuando esperábamos con ansias el toque de queda y al pasar media hora mas salíamos sigilosamente de la cuadra en truza y con toalla en mano (cuartelero incluido) con dirección a la piscina y en la tibieza de la noche nadábamos hasta la media noche en que regresábamos para cambiarnos y disponernos  a dormir plácidamente. También recuerdo de las innumerables “contras” del colegio, nunca nos sorprendieron hasta la última noche que nos tocaba dormir en el colegio vencidos por el romanticismo, se nos ocurrió despedirnos del Capitán (muro) para siempre, regresamos a dormir como de costumbre  y a las cuatro de la madrugada la potente voz del Sub – Oficial Obando nos despertaba, con la terrible amenaza de elevarnos parte de conducta ( lo que significaba) la expulsión del Batallón), menos mal que las vicisitudes de la Campaña final en Uchumayo lo hicieron cambiar de parecer y resulto un gran amigo nuestro, por eso  lo recordaremos siempre junto a Oscar Achata.
 
 
ANÉCDOTA CONTADA PARA EL “KINCEAÑERO” POR  LUCHIN GARCIA CANO
 
Nunca me olvidare las “contras” con Cesar Talavera por el muro y luego en taxi a Miraflores, él hasta llegar al barrio militar junto a la casa del  mayor ARAUJO  y yo a la plaza San Antonio. El que nos vio fue el Sub Oficial Merino, nos perdono la vida.
Otra, cuando fui brigadier de cuarto última sección, el más grande Cachucho Neira y el más chico Apaza; Neira infundía respeto, ¿Qué hice para manejara la situación?: acordamos que cuando se portaba mal Neira yo castigaba a Apaza y cuando se portaba mala Apaza yo castigaba a Neira, por lo tanto Neira no permitía que Apaza se porte mal, ojo que era un “ladilla” , así pase el susto.

 
 
ANÉCDOTA CONTADA PARA EL “KINCEAÑERO” POR CAMILO MERMA  (Año 7 Nº5 Ejemplar Nº 67 de Setiembre del 2004)
 

La primera anécdota, fue el primer día que ingrese al CMFB, el Mayor Carlos Rivera Santander, me llevo directamente al comedor a las 6.30 de la mañana  y por primera vez pude sentir que cerca de 700 ojos me observaban y comentaban ese es el “jale del colegio”
También me acuerdo que a los 5 días de haber ingresado, aunque me alertaron a cada momento mis compañeros de la 7ma sección, que cuidara mis cosas,; me robaron mi toalla, igual que ha Justito Mogrovejo, yo estaba muy preocupado pero mi amigo Salazar Yábar, me dijo “ no te preocupes, lo único que vas hacer es observar en el momento en que uno deje su toalla en los tubos a la hora de ir a la piscina”, fue así y un día nos pusimos al asecho, yo le avisaba y el con más experiencia, logro “recolectar” media docena de estas prendas que me duraron , creo hasta diez años después de salir del colegio. Otra, es que los únicos cadetes que salían todos los días a la calle ,eran los del equipo de natación, ahora que me acuerdo pienso que éramos, junto a Jaime Ramos, Marco Romero y otros, los “privilegiados” de la historia del Colegio.

 
ANÉCDOTA CONTADA PARA EL “KINCEAÑERO” POR  JAIME RAMOS BEJARANO  (Kinceañero Año 7 Nº 4 Ejemplar 66 de Agosto del 2004)
 
La que me acuerdo ahora es la vez que le dimos una lección a Paredes Ojeda el “foco”, yo me quede por estar consignado mientras que el por estudiar para el examen del lunes , se quedo y al recibir la visita de sus familiares, con otros de la cuadra vimos que le dejaron una bolsa con un suculento refrigerio, pero cuando ya se fueron las visitas y nosotros nos acercamos a él para que nos invitara, se negó y nos dijo que no le habían dejado nada, inclusive prefirió quedarse sin comer su refrigerio esa tarde. No podíamos quedarnos así entonces acordamos “visitara su ropero” en cuando se quedara dormido, a eso de la una y media de la madrugada teniendo por cómplices a la oscuridad, y al imaginaria de turno , “Pichuzo” Lizarraga, yo y otros que estuvimos en la tarde, logramos nuestro cometido, después de abrir el candado encontramos el “botín” y en un santiamén dimos fin a un sabroso pollo a la brasa, con sus ricas papas y fruta que formaba parte del refrigerio; ¡ah! Y para no ser tan malos con el “foquito Paredes” decidimos dejarle los huesitos dentro del ropero. Al día siguiente cuando se preparaba a disfrutar su regalo familiar ¡oh sorpresa! Se encontró solo con los huesitos bien acomodados, no se imaginan la cara que puso, era una mezcla de incredulidad y desaliento, en ese momento lo vimos mas pálido que un cadáver, es mas no pudo quejarse con nadie pues la tarde anterior tuvo la mala decisión de decir que no le habían dejado nada. Eso te paso “foco” por no ser solidario.
 

 

Enviadas al Concurso 2011:

El opalino

 
Las noches de imaginaria, servicio de vigilancia que cumplíamos en turnos de dos horas desde las 10 de la noche hasta el toque de diana que nos despertaba por la mañana,  eran alumbradas por la luz mortecina que provenía de un foco, cubierto por una bola de vidrio pavonado, un globo opalino, llamado comúnmente entre los cadetes como “el opalino”. Estaba ubicado hacia el fondo de la cuadra, cerca del burdelito, y sobre la pared y a una cierta altura, por encima del techo de la fila de roperos donde guardábamos todas nuestras cosas.
Justamente, ese techo de los roperos conformaba un corredor que era utilizado para el reparto semanal de la ropa que venía de la lavandería. Un par de cadetes, cada jueves, trepaba al corredor y comenzaba el reparto de uniformes, toallas, sábanas, pijamas, cantando en voz alta el número impreso que identificaba al dueño, marcado con plumón a veces ilegible o bordado con hilo por obra de alguna mamá cuidadosa.
En uno de esos repartos, entre el vocerío de los números que se cantaban, el reclamo por la prenda que faltaba, revolviendo las prendas para ubicar el número, doy un paso atrás, tropezando con el opalino que se desprende y cae por sobre las toallas y sábanas que estábamos repartiendo para terminar en el piso de la cuadra hecho añicos. ¡Una tragedia! Para un “perrito” de 13 años eso era como chocar el carro de papá. Y luego de algunas risas y bromas de los cadetes que hacían sus pininos en la vida militar, una solidaridad absoluta se instaló en  la cuadra. Nadie vió nada y sólo quedaba esperar que el Sub Oficial no se diera cuenta para hacer el ¨parte” del incidente. Había que actuar rápido para solucionar el problema, evitar una sanción y perder la salida, porque en la lógica cuartelaria, no hay accidentes, solo culpables. ¿Y como resolver el problema sin afectar las propinas y sin que se dieran cuenta? Un opalino no era cosa que se podría comprar en el pequeño mercado negro del internado, donde se comercializaban los cigarrillos Norton, Dexter o las “áfricas” que algunos compañeros coleccionan robándolas a los distraídos. De tanto de cavilar conjuntamente con Jorge, el compañero que me acompañó el día fatal del reparto de ropa, en unos días, se nos hizo el milagro. En la entrada a la enfermería que quedaba en el segundo piso, al fondo del pabellón del comedor, camino de la maestranza ¡había un opalino idéntico al que se rompió!
¡Guerra avisada no mata gente y si mata, mata cojudos! Era la arenga que escuchábamos con frecuencia en la voz potente y marcial del capitán Jefe de la Compañía del Tercer Año. Y era justo el argumento que necesitábamos para vencer nuestros reparos en las deliberaciones de pros y contras y ante el creciente apremio por los días que pasaban, tomamos la decisión. Nos robaríamos ese opalino para reponerlo en la cuadra.
Esa noche, luego terminar el estudio de las aulas cerca de las 10, en lugar de ir a dormir nos desviamos a la enfermería y mientras Jorge se quedó como “campana”, subí rápidamente las gradas y trepado sobre una banca aflojé los tornillos para sacar el opalino y colocarlo bajo el capotín, disimulando perfectamente su presencia.
Cuán grande sería nuestro temor ante este hecho, que en lugar de llevarlo a la cuadra tomamos la decisión de esconderlo, enterrándolo en el cerro que quedaba al frente de la enfermería, a unos 200 metros atravesando el campo que ahora es ocupado por las canchas de fulbito. Volvimos a la cuadra como si nada hubiera pasado y a la rutina de siempre. Al día siguiente y el subsiguiente fueron de una angustia permanente y el temor a que en alguno de los partes diarios se mencionase la pérdida del opalino de la enfermería. Visto a la distancia, la insignificancia del opalino no ameritaba la investigación que uno imaginaba en ese entonces.
En esas condiciones y con la seguridad que el opalino de la enfermería ya no era preocupación de nadie decidimos recuperarlo de su entierro. De la misma manera, nos pusimos de acuerdo para recogerlo al finalizar el estudio nocturno. Avanzamos sigilosamente hacia el cerro cuidando de no ser descubiertos, alumbrados a lo lejos por los reflectores del patio de honor y trepamos, casi rampando, al sitio donde creímos haberlo puesto. Comenzamos a escarbar el suelo sin más ayuda que las manos. Por aquí, por allá y el maldito opalino no aparecía. ¿A quien se le ocurre enterrar un opalino en tremendo cerro y sin una marca clara? Y seguíamos buscando cada uno por un lado y cogiendo alguna piedra o pedazo de rama para seguir rascando el suelo, porque las manos comenzaban a pelarse y doler. El temor a ser descubiertos hacía mas fría la noche. Y cuando estábamos a punto de abandonar la empresa, ese sonido mágico de la tierra rozando el vidrio me devolvió el alma al cuerpo. Guardando el opalino bajo el capotín, volvimos a la cuadra y cuando todos estuvieron dormidos, con la complicidad del imaginaria, repusimos el caprichoso opalino.
Pasaron los años y la noche que nos volvimos a internar en las bodas de plata, en la recordada cuadra que nos acogió cuando “perros”,… ahí estaba el opalino. Pensé para mis adentros mirando fijamente la misma luz mortecina ¡si supieras lo que nos hiciste pasar!!!
Misti

 


EL PERRO IMAGINARIA

Caída la noche,
oculta en el bosque,
se oye el toque de silencio.  Silencio…todo en calma. ¡Sin novedad!
 
El aroma a eucalipto del bosque es más fuerte
que el pucho de “comander”
devorado por un solitario cadete que sube por la rampa,
debe ser de aquellos que la hora de estudio les queda corta.  Silencio…todo en calma. ¡Sin novedad!
 
Vigilante solitario,
desde el patio de honor,
el Crl. Bolognesi,
acompaña al perro imaginaria,
que vela el sueño de los camaradas de cuadra.  Silencio… todo en calma. ¡Sin novedad!
 
El deber en la misión,
mantiene al perro imaginaria despierto y sin pestañar;
o quizá, es el miedo al correaje de “Melgarito”,
 o a la visita amenazante del “cadete sin cabeza”.
 
¡Cállense carajo!
Es el grito destemplado de un insomne,
que no puede espantar los demonios amenazantes del “Dr. Montesinos”.
No falta alguien que,
con linterna encendida,
bajo las frazadas,
repasa las lecciones de anatomía,
para no ser víctima de un femurazo en la cabeza. Silencio…todo en calma. ¡Sin novedad!
 
Un perturbado que habla solo,
algún solitario chasquido de dientes,
un flato mal oliente,
unos que otros ronquidos destemplados al unísono,
dos compinches cuchichean en el “burdelito”.
Y el resto… dormidos,
como inocentes aves que reposan en sus nidos.  Silencio…todo en calma. ¡Sin novedad!
 
El tiempo de servicio del reglamento perro imaginaria
se ha cumplido.
Un ¡no jodas! del relevo,
rompe la continuidad. Silencio…todo en calma. ¡Sin novedad!
 
El silbato ensordesodor,
y las voces de ¡a levantarse!
anuncian el nuevo día.
 
Al despertar alguien dirá:
¡mierda, se tiraron mi reloj!
Aut or/Seudónimo: “El Caballo blanco”


 


La Amistad de un Compañero SEUDONIMO CHERCHE

Corrian por los novecuientos dias mas o menos que me acuerde en nuestra ALMA  MATER, cuando una noche a la hora de ir a aulas no recuerdo porque pero tube una
discucion con el brigadier de la seccion y entre dice y dice  acordamos arreglarlo despues de aulas o sea  a las 9 mas o menos de la noche y asi
que  que todos los de la la seccion se retiraron a dormir y los dos nos quedamos por las aulas de  los perros y asi  entre tu y tu nos agarramos no recuersdo cuanto rato pero solo recuerdo que despues de de habernos dado unos golpes y habernos salido un poco de sangre de las nareices, creo a los dos  y nuestras camisas estaban manchadas y nos dijimos que por que estabamos peleando si eramos  buenos amigos  y fue ahi que nos dimos un abrazo y nos dirigimos a la cuadra  para lavar nuestras camisas , recuerdo que nos preguntaron que habia pasado y no le dijimos nada a nadie, hasta ahora ,que lo cuento como una anécdota ya que luego de ello seguimos siendo buenos amigos en el colegio lo mismo que fuera de el hasta el dia de hoy y sera  por siempre.
      Relato esto para de4mostrar  lo que eramos somos y seremos los de la XV algo tan grande en  la historia del CMFB, que todas las promociones nos envidian porque siempre fuimos CHORREADOS pero bien  unidos  Gloria por el Batallon.

EL CHERCHE


 


LA FELICIDAD
Recuerdo claramente aquel  día  lunes 28 de Marzo de 1966 un día que aunque uno no lo crea será inolvidable para todos nosotros, en el que nos dirigíamos con algunos de nuestros familiares, rumbo al Colegio Militar “Francisco Bolognesi”
Entrabamos a formar parte de este gran Colegio; recuerdo que allí nos mirábamos unos a otros extrañados porque no nos conocíamos, ya que muchos no eran de Arequipa, habían venido a reunirse en este lugar muchachos de diferentes departamentos del sur del Perú, y de otros países como Bolivia y Panamá, pero teníamos en mente, que desde ese momento, ya pertenecíamos al mismo año de estudios, iríamos conociéndonos y adquiriendo esa amistad que más tarde se transformaría en hermandad;
Como no olvidar el examen de ingreso el llegar al casino con nuestra ropa de calle y en un abrir y cerrar de ojos ,desnudos, con nueva ropa interior y luego con ropa militar con ese uniforme “Kaki” los botines que pesaban más que nosotros. Lo peor, nuestras frondosas y hermosas cabellera al suelo, como gozo ese día “media luna” todo aquello que nos hacía sentir pensar y recordar que ya éramos cadetes; nuestro primer deseo era conocer el colegio, conocer a nuestros instructores, y profesores, de primera intención conocimos al que sería nuestro capitán de año, Capitán Nieto, y a nuestro jefe de sección quienes fueron los que nos recibieron; después nos distribuyeron por secciones,. de acuerdo a nuestra talla.  Luego en compañía de cadetes de 5to año fuimos recorriendo el local, mostrándonos el colegio , el malacate, conversando sobre el significado de imaginaria cuartelero , cuadra conociendo diferentes ambientes hasta que llegamos a los dormitorios; allí el cadete que a mí me conducía me dijo:
Esta es la cuadra que te corresponde, es la sección del tercer año
¿Cuadra? Le pregunte ya que yo miraba que eran dormitorio, y me contesto
Si esto se llama cuadra en términos militares. Pensé entonces que tenía que emplear los términos usados militarmente, luego señalo un catre de dos pisos y me dijo:
El de arriba es el tuyo, y aquel tu ropero, tiende de una vez tu cama, que yo te voy a enseñar cómo se hace: mientras yo tendía, con ayuda de él, según un modelo dado, pensaba que tal vez una de esas noches de pesadilla me caería de allí, pero en fin dije: ya me acostumbrare
Llego el momento de conversar después de haber terminado el arreglo de nuestros puestos, nos pusimos a comentar de todo lo sucedido hasta el momento entre los que pertenecíamos a la sección; todos coincidimos en que el comienzo nos haría un poco pesado, además teníamos ese pánico del “bautizo” que se nos venía en bien ingresen los “Chivos” de 4to año. Pero teníamos el consuelo de que ya nos acostumbraríamos.
Pero cuán lejos estábamos de imaginarnos que todos esto era en provecho de nosotros mismos, porque gracias a eso hemos forjado un espíritu fuerte y valeroso y hoy, después de esos inolvidables mil días que han pasado como un halito nos alejamos pero al irnos nos llevaremos el recuerdo de haber vivido en ese lapso, en el que tu Colegio querido nos enseñaste , MORALIDAD , DISCIPLINA  y TRABAJO,  armas suficientes para enfrentarnos a las vicisitudes de la vida y de las cuales siempre saldremos airosos.
Además nos hemos convertido en una promoción que lleva al aire, los sueños en remolino, el corazón blandito y la sensibilidad a flor de piel
Así como somos una promoción en la cual fabricamos un mundo que queremos vivir con nuestras propias leyes en  las cuales nos regimos
Así somos así siempre fuimos creadores y magos de lo imposible
Los magníficos por excelencia cuando nos proponemos eso es la Decimo Quinta Promoción del CMFB
Y así como todo principio tiene su fin y todo fin es doloroso ya que no estaremos todos unidos como en esos días siempre recordemos esas letra de nuestro Himno que die “TUS CADETES JURAMOS SEGUIRTE EN CIVISMO, EN HOMBRIA HEROISMO Y VIRTUD”
Al dejarte me voy  con esa pena, infinitamente agradecido y siempre te llevare en mi recuerdo y es por eso para expresarme mi agradecimiento; te digo humildemente Gracias……muchas gracias Decimo Quinta Promoción Gracias muchas Gracias Colegio Militar Francisco Bolognesi

 


Tema:    Mis contras en el colegio  seudónimo z o

Corrian los primeros dias del año 66  y como a varios compañeros de laXV tuve que obedecer al que mandaba en la casa de postular al CMFB, pero con la intención de no ingresar pero por circunstancias de la vida ,ingrese y de premio me enviaron a Lima
junto a un primo que era de la VIII llegamos donde  el My. Gallo Ronco y me dio la bienvenida, no regrese al colegio hasta el dia 28 de Marzo en que  llegue de Lima  a las 7 de la mañana y 8 ya estaba en el colegio  bien al terno  como era de  norma lo demas ya lo saben todos.

Hago este resumen para decirles que no estaba conforme con el ingreso al CMFB asi  que recuerdo que un domingo despues que mi visita se fue, fuimos  con una vaca  que era del barrio donde vivia y me invito a salir del colegio por tras la granja donde existia una picanteria y saltamos el muro y tomamos unos vasos de chicha  aunque no fue tan peligrosa la contra  pero fue el inicio de una larga cadena en los  mil dias que estube interno.

De perro creo que me escape un par de veces mas  esto fue por la parte del la cancha de futbol y solo era para comprar cigarros en San  Lazaro.
LLege a  ser chivo y la segunda salida me castigaron con  20 puntos y se acabo mis salidas normales. durante  ese periodo solo sali unas cuantas veses y mas que todo en las Salidas  Generales. Entonces comienza mi pequeña cadena de "CONTRAS"  y mas que todo por que queria que me expulsaran pero,cuando uno quiere el destino  no quiere, asi que tuve la suerte de escaparme un dia con el  sub oficial  Raul Silva Centeno  en la maletera de un taxi que lo llevo hasta  su cuarto y nos saco a mi y aun  compañero, otra fue  saltando por enfrente de la gruta saltamos  la  acequia tambien con el mismo compañero, pero la osadia era mas grande porque teniamos que esperar que el soldado que cuidaba la casa del Coronel del colegio que quedaba en la misma esquina  diera la vuelta y poder ganar nosotros dicha esqina  y asi  liberarnos del obstaculo, todo fue bien pero de regreso hicimos la misma operacion pero para mala suerte mi amigo no pudo saltar y cayo  al agua lo tuve que jalar  y así llegamos a la cuadra seria la una de la madrugada.

Asi llegue a ser VACA y recuerdo que el 14 de agosto  hubo salida pero  con internamiento a las 10 de la noche . pero yo tenia un baile social de un club del barrio donde vivia , asim que  me pase de unas copas y ya era las 2 de la mañana asi que tuve que tomar un taxi e irme por  donde es ahora el colegio de periodistas y llegue al muro  pero como seria mi estado que los sillares se me venian a la cabeza ,decidi pasar por la acequia, que tenia unos sillares para no mojarse pero igual  me queria caer  asi que decidi quitarme los zapatos  y el pantalon y asi pude pasar ,una vez que estuve dentro comence a  VESTIRME  pero no encontraba  uno de mis zapatos  asi que me puse a buscarlo pero al no encontrar decidi irme a la cuadra con la alternativa de prestarme un par de zapatos del Sub Oficial Silva que era mi salvacion, pero grande fue mi sorpresa  ya que por la preocupacion se me pasaria  la tranca y al momento de  desvestirme  estaba con el zapato puesto pero mojado.

Para terminar en el IV bimestre un dia nos castigaron a todos los de la cuadra por no se que pero ahi estabamos por culpa  del  Capitan  Mendoza asi que estuve 
en  con un chivo de apellido García que esra mi edecan planificamos escaparnos  luego de las aulas que nos llevaron  para ir a ver STRIPTEASE en el cine Benique pero consulte con varios de la cuadra  y seriamos unos  30 en total con oteros mas en los cuales  estaba  Quintanilla  Y el LOBO Valdivia, luego emprendimos la fuga, seria por la esquina de la granja o sea  al fondo del colegio donde hasta  por ahi  llegaban  las casas,yo comandaba el grupo  y asi que fui el primero en saltar una vez que gane el muro pase un desnuivel y vi 2  cadetes  que swe me acercaron  y grande fue mi sorpresa  ya que  era  el chivo caceres y el  negro Salas y  me dijo casi al oido que me callara, luego salto  Garcia  (chivo) y lo mismo el siguiente fue el General Vilela  en  esa epoca era Raso todavia ja,ja,ja, llego a lado de nosotros y lo agarra del hombro al negro Salas y  le dice ¿Donde  Vamos ? y el negro  le contesta ponte ahi y le saca al ser mas querido, yo en ese rato solo esperava que salten dos compañeros ya se imaginaran de quien se trata y me dije  si saltan los dos mejores  en estudios del colegio difícil que nos expulsen y así fue, no recuerdo quienes fueron , pero saltaron todos y  nos formaron en una sección para llevarnos a la guardia pero en eso se aparece el Sub Oficial Sixto Castro Elera  con el tenia un poco de amistad pero de todas maneras  habia miedo todos le pedíamos  que nos dejara ir  incluso  el Chivo Caceres  lloraba, asi llegamos   me imagino a la altura de la panaderia ya habia  postes con bastante  luz,  entonces el sub Castro se detuvo y dijo tienen  3 segundos para desaparecer pensando que  nos meteríamos al colegio pero grande seria su sorpresa que solo Cáceres  salto el muro y nosotros  nos fuimos al cine   Benique cruzando por la Chirisuya, a la salida  regresamos por la acequia que tenia unos sillares y de lo mas bien.

Así llegue a los mil días sin que me expulsaran sin embargo a muchos  los botaron  como a  Salas Torrelly, Yalsovec Oviedo, al Panameño y sin embargo como dije el
destino me deparaba cumplir todos  mis días  en  el glorioso Colomilifranboli como le decíamos  en la cuadra.

EL  Z O

 


SALIDA GENERAL
 
 ¡Que frío carajo¡ dicen los cadetes del último turno de Imaginaria,  todos los demás cadetes del CMFB duermen en sus cuadras, los perritos de tercero, los chivos de cuarto y las muy distinguidas vacas.
 De pronto, la trompeta se tira un  pedo de metal y suena como si nos tocaran en el oído. - ¡Ese chino de mierda por que no se mete la corneta a otro sitio! gritó alguien –es las cinco de la mañana y ya nos despertó- dijo otro, como un ritual diario, todos se fueron levantando. Yo también me levanté pensando que era Viernes y al día siguiente teníamos salida a la calle, la esperada y bienamada salida.
 
Me di vuelta mirando hacia los camarotes para ver que hacía mi compadrito de juergas, apenas abrió los ojos, me buscó con la mirada y luego gritó - ¿Que día es hoy compadrito?- Yo le dije: ¡Viernes pues, sonso¡ - La cara le cambió, se le puso redonda y la boca se le junto con las orejas, los ojos parecían unas bolas de vidrio- Bacán, entonces mañana es el día- siguió gritando para que lo escuchen todos los de la cuadra. -Estoy Feliz compadrito, todo está planeado, mañana nos cambiamos el uniforme tiza, marchamos, salimos a la calle y en la noche, en el tono, le caigo a la Marielena, después su chapecito y a ver hasta donde llego. ¿Qué te parece, mi plan? -Yo lo escuche y me puse a arreglar mis cosas, pensé, que toda la semana me había reventado los oídos diciéndome lo mismo: “Que había un tono el sábado, que iríamos con la collera de las chicas de la Asunción, que ya tenía las entradas, que la Marielena le había mandado papelitos con un “chivo” que era su vecino, en los que le decía que le gustaba”, incluso el susodicho, se había comprado un terno nuevo. – Si quieres compadre, le caes a cualquiera, pero no te metas con la Marielena, esa es para mi porque la tengo loca- luego añadió - ¡Ah¡ y vamos a llevarlo al orejón para que aprenda como se hacen las cosas, aunque creo que no sabe bailar, ese cholo es un huevas, todo hay que enseñarle- En realidad, mi compadrito trataba al orejón de cholo, para batirlo, de otro lado, tampoco era un tonto, por el contrario era ladino y vivo.
 
Se pasó el viernes, llegó el sábado, eran las diez de la mañana cuando ya cambiados, con polaca blanca, zapatos relucientes y ropa interior limpia, formamos y pasamos revista; - Todo bien cadetitos- grito el suboficial – Ahora marchen hacia la Guardia, aún se pueden quedar algunos- Mi causita estaba delante de mí, y marchaba como si estuviera compitiendo para un premio, pero por voltear a mirarme o por nerviosismo, tropezó y se cayó al piso, se levantó rápidamente y se limpió el pantalón, pero el Sub Oficial se dio cuenta de la caída-!Alto cadetes! Gritó – A ver el que se cayó que salga de la fila. ¿Yo mi sub? dijo el compadre – No huevas,el otro -  dijo el milico. El accidentado salió de la fila y se cuadró delante del oficial, estaba rojo y azorado. El militar lo miró y remiró, de pronto se fijó en el pantalón, que se había roto a la altura de la rodilla, producto de la caída. En el acto le dijo – ¡Tú no sales, sal de la formación, tienes el pantalón roto y así no sale a la calle un cadete del CMFB, los demás sigan con dirección a la salida¡ - Seguimos marchando y una vez que estuvimos en la calle, regresé para hablar a través de la reja. El hombre de las “cinco fiestas” estaba lívido, pero se repuso y me dijo- Compadrito, yo voy a llegar a la fiesta, al toque me presto un pantalón y salgo a las siete, tú y el cholo, vayan y mientras llego, que el cholito me cuide a la “costilla”.
 
Me fui a mi casa y las siete llegó el orejón, venía bien cambiado y hasta loción se había echado. Tomamos un taxi y llegamos a la fiesta, allí estaban las chicas lideradas por Marielena, la que “estaba muerta por el bailarín” – Hola chicos ¿y tu patita, no vino? me preguntó, le explique lo que había pasado y le dije que ya llegaba. –Bueno mientras tanto bailaré con el cholito - dijo y así lo hizo, pieza tras pieza.
Las horas pasaban y no llegaba el susodicho, mientras tanto la fiesta se puso a punto, pero cada vez que volteaba a mirar a la pareja los veía más acaramelados. De pronto se me acercó el cholo - ¡Ya esta, le caí, me aceptó y nos vamos a salir a tomar aire -me dijo, yo me quedé perplejo ¿ Y ahora que le digo a mi yunta? pensé, bueno que se lo explique el cholo, yo no tengo nada que ver.
.
El Domingo en la noche volvimos al colegio y al entrar en la cuadra, ahí estaba mi cumpa, fumando un cigarrito prohibido, estaba cariacontecido y a la expectativa, los demás de la cuadra conversaban de lo que habían hecho en su salida y hacían planes para el próximo sábado, algunos lo molestaban ¿Y que pasó fiestero, no saliste? ja ja se burlaban, él no les hacía caso. Cuando me disponía a contarle el drama, entró el cholo, venía feliz ¡Le caí compadre¡ le dijo- ¿a quien le caíste huevo frito? preguntó – A la Marielena pues, a quien va a ser- le soltó el traidorcillo. El castigado, se puso lívido, se le achicaron los ojos, pensé que iba a llorar, me miró, pegó una pitada y con rabia dijo:
-Total, ni me gustaba, además es otra chola igual que tú y así entre cholos se entienden-  Se dio media vuelta, los ojos vidriosos, se metió al burdelito y siguió fumando el filtro.    
 
Seudónimo: Gallito Ciego
 

 


ALGUNAS ANECDOTAS CORTAS DE LOS 1000
Noches de temor
Durante las primeras semanas de internamiento en el CMFB, aprendimos a hacer los Turnos de Imaginarias…..para todos era muy fácil cubrir el primer turno, de 22:00  a 24:00  horas. El segundo algunas veces era llevadero, porque aun podíamos conversar con algunos compañeros que se quedaban arreglando sus cosas o venían de estudiar en las aulas. El tercer y cuarto turno siempre fueron los más difíciles de realizar, por ser de madrugada, de 02:00 a 04:00 y de 04:00  a 06:00 Horas. Algunas veces, en el silencio de la noche, se escuchaba como llantos de niño, leves gemidos, que hacían escarapelar el cuerpo de los imaginarias y se tejían una serie de tenebrosos comentarios a esa hora de la noche…..los más seguros, decían que eran gatos mientras que otros los atribuían a almas en pena y esto infundía temor entre los imaginarias adolescentes cuyas edades oscilaban entre los 13 y 14 años…. pasadas algunas semanas se pudo conocer el origen de tales sonidos……..estos provenían de la habitación del Brigadier General  David Friedman Kilimager, quien a esas horas se ponía a practicar con su violín.
Doble castigo
Estábamos en las primeras semanas de internamiento, era la Cuarta Sección y por esas cosas de adolescentes y de demostrar quién puede mas, se suscitó una discusión entre el brigadier y otro compañero, sin más ni mas, se fueron a los golpes en la misma cuadra….el brigadier fue el menos favorecido al quedar con grandes moretones en el rostro.  Tal vez por el bullicio vino  a la Sección el Sub Oficial Portugal, quien de inmediato hizo las averiguaciones y procedió a sancionar al retador con 20 azotes con su correaje, un cinturón de cuero, muy ancho y pesado….el cadete retador, en pijama, se puso en cuatro y empezó a recibir el castigo….marcas que no le dejaron sentarse cómodamente por algún tiempo.   Al día siguiente hubo una instrucción en el cerro,  a cargo del Cap. Nieto, quien entre otros temas  mencionó el de la bronca de la noche anterior…..llamó la atención del “pegador de brigadieres” y le impuso un castigo de 20 puntos, con los cuales, este cadete retador no pudo salir hasta un mes después del  7 de junio….un doble castigo que….las leyes civiles lo prohíben, pero eso lo supimos ya de viejos.
Epilepsia
Era una noche tranquila de un sábado de julio de 1968, iban caminando 4 cadetes hacia el comedor cuando uno de ellos cae al piso y empieza a temblar…..los otros, sorprendidos no sabina que hacer….desorientados por esta inusual situación no atinan  a nada…… uno sin embargo, va corriendo a la cuadra y trae un frazada, colocan en el al cadete y lo llevan raudos a la enfermerías….allí  ya esperaba Domingo quien diagnostica Epilepsia y llama al médico del Colegio.
Felizmente el Negro, que así le decíamos al compañero del problema, se recuperó en pocos días, dejó la enfermería y siguió con su vida normal….pasaron los años y recibió tratamiento y no volvió a tener una ataque de ese tipo……por lo menos durante los dos años que estuvo con nosotros.

 
Cuero cabelludo

Ni los apaches lo hubiesen hecho mejor…….Era un sábado o domingo por la tarde, se realizaba un emotivo partido de fulbito en el campo que hay entre las cuadras. Una de las tantas veces que sale el balón va tras ella muy veloz uno de los jugadores y por la velocidad que lleva no calcula bien la altura de la rampa y ZAZ ¡…se da contra el borde inferior de la rampa…..Oh  sorpresa para todos….se le había desgarrado el cuero cabelludo, cual si fuera una gorra que se hizo para atrás…..no fue de mucha sangre, fue en corte fino y perfecto….Domingo el enfermero , dijo que se le “había desagarrado el cuero cabelludo”….lo cosieron, no sabemos si con punto cruz, cadeneta, punto hacia atrás , en zigzag  o de otro tipo y pocas semanas después nuevamente estaba este buen jugador otra vez en la cancha.

Castigados permanentes
Extrañaban tanto a su ciudad de origen que, cada sábado o viernes de salida general, cinco o seis cadetes tomaban un auto de servicio público y raudamente se dirigían a su querida Tacna…..la ciudad de sus ensueños, de las primeras enamoradas, de las fiestas de fin de semana y de los amigos de la esquina.
Al volver al Colegio, el día domingo, nunca lo hacían a la hora reglamentaria y por eso se les aplicaba el castigo respectivo: no había salida uno o dos fines de semana……eso no fue obstáculo para que los viajes continuasen y así, cada vez que tenían la oportunidad, nuevamente volvían a su Tacna querida y otra vez al castigo….para ellos era un círculo virtuoso.  Algunos nombres….Echenique, Kong, Tirado, Valdez, Escalante, Dueñas, Benavides….


Buscando las Pruebas en Esténcil
Muchos recordamos  las horas previas a ciertos exámenes “bravos”, cuando algunos cadetes recorrían a hurtadillas la parte posterior de la oficina del Mayor Rumí Ñahui, donde se esperaba encontrar algunos esténcils o copias arrugadas de los exámenes que estaban siendo impresos o de los que fueron trabajados unas horas antes.  Es difícil decir que alguien efectivamente haya tenido la “suerte de encontrar tal hallazgo”, sin embargo, no faltaba quien corría la voz que tal o cual prueba ya estaba desarrollada y corrían como regueros de pólvora las fijas,  con sus respectivas respuestas. En algunas ocasiones hasta hubo quien se hizo de algunas ganancias con tal negocio, ya sea en efectivo o con algunos cigarrillos.
Esta es una actividad que se ha escuchado en las distintas promociones y en los diferentes Colegios Militares, inclusive es parte de “La ciudad y los perros”, de modo que el CMFB y menos la XV Promoción podía estar ajena a esta práctica.


Cohetes chinos o cohetones
No recuerdo si  fue un sábado o domingo, de 1967 o 1968……Era una tarde en la que los castigados y no castigados fuimos  enviados a las aulas, mientras llegaban al Casino del CMFB, señoras encopetadas y otros invitados  para participar en algún bingo o reunión similar.
Para evitar alguna situación “embarazosa o fuera de lugar” fuimos recluidos en las aulas un buen número de cadetes. Transcurrían los minutos y el malestar dentro de las aulas iba en aumento. Los oficiales de servicio  daban vueltas y más vueltas, sin dejar de observar hacia las aulas. 
En medio de esta tensa situación, uno de los cadetes sacó de uno de sus bolsillos un par de cohetones que ni el mismo sabia por que los tenia consigo, salió del aula y  caminando en cuclillas fue hacia la barda que daba al patio de honor y con la colilla de un pucho encendió  una a una ambas mechas probando dos explosiones que por el  eco del pasadizo tronaron como dos balazos de alguna máuser o de una Beretta.
Esto provocó tal agitación y desconcierto que la gente del casino se asomó muy alarmada, las señoras que llegaban caminaron presurosas hacia el casino y los oficiales….por supuesto que se alarmaron y trajeron a varios soldados quienes se pusieron arma en ristre frente al pabellón de aulas y de espaldas al patio de honor……una situación muy anormal para el CMFB.
No pasó mucho tiempo hasta que  qué se diese la orden de salida, con lo cual quedó suspendido para siempre el castigo para todo ese gran grupo de cadetes y tal vez se calmó el nerviosismo de oficiales e invitados, gracias a los dos cohetones chinos………(ellos nunca lo supieron) .

Autor: Memorioso

 


CANCION: LA XV CEREBRO Y CORAZÓN
 
Seudónimo: FELIPE PINGLO
 
Música: De vuelta al barrio  - FELIPE PINGLO
 
HOY SIENTO AL RECORDAR 
LOS MIL DÍAS DE AYER
QUE VUELVO AL BATALLÓN 
Y DE NUEVO A MARCHAR
NIETO EL GRAN CAPITÁN 
QUE´RÁ NUESTRO ADALID
UN LOBO EL BRIGADIER
CAMPEAR DE NUEVO EL CID
BAJA LA PIERNA HIJITA
COPLAS DE MANRIQUE
EL PATO, PISQUITO…
BATALLA E´ JUNÍN
SALIDA COMPLETA
EL TONO, HEMBRITAS
UN CINE, EL TORNILLO 
DE NUEVO AL REDIL
LA DIANA EN LAS MAÑANAS
SILENCIO Y A DORMIR
 (ESTROFA)
LA QUINCE SIEMPRE HA SIDO
VALOR Y DECISIÓN
LA QUINCE SIEMPRE HA SIDO 
GLORIOSA PROMOCIÓN 
  LA QUINCE SIEMPRE HA SIDO
PASIÓN Y CORAZÓN
LA QUINCE SIEMPRE HA SIDO 
LA MEJOR PROMOCIÓN 
PERROS, CHIVOS Y VACAS…
DEPORTES A PULMÓN
CHISTOSO EN JABALINA…
Y MERMA EN NATACIÓN
CULTIVAMOS EL ARTE…
CONJUNTO ESTUDIANTIL
IRACUNDOS Y DOLTONS…
CANCIONES MÁS DE MIL
AL TIEMPO TRANSCURRIR …
Y LAS CUADRAS DEJAR
LA VIDA HA CONTINUADO …
Y LOGRAMOS TRIUNFAR
   
 (ESTROFA)
LA QUINCE SIEMPRE HA SIDO 
CEREBRO Y CORAZÓN
LA QUINCE SIEMPRE HA SIDO 
LA MEJOR PROMOCIÓN
LA QUINCE SIEMPRE HA SIDO 
CEREBRO Y CORAZÓN
LA QUINCE SIEMPRE HA SIDOOO….. 
LA MEJOR…… PROMOCIOOOOOOÓN
 FINAL

 



FOTO GANADORA................Espernado las visitas...Fichisimos!!!




 


F0TO GANADORA: .......................El Salto !!!










































 
La heroica batalla de la campaña final en Uchumayo 
 

¡ Y 

FUIMOS 

HÉROES ! 

 
 
Seudónimo:    El Poeta 
 
Después de 1000 días que marcaron nuestras vidas para siempre, en una complicada 
metamorfosis sucesiva de niños a perros, chivos y vacas, solamente faltaba la prueba 
final para convertirnos en hombres, pero muchos tomamos la decisión de mandar a la 
mierda las inspiradas arengas del cachetón Mendoza para recuperar el honor militar de 
la promoción y no participaríamos en la campaña final, honrando la memoria de nuestro 
Capitán Nieto ¡Eramos de la XV carajo! La mejor promoción de todos los tiempos, en 
todo menos en disciplina militar, del CMFB. 
 
  
 
Finalmente, ante la amenaza de no darnos certificados, aceptamos participar, pero 
consiguiendo 3 concesiones: Solamente serían dos días y ya no tres (rancho para el 
Coronel), regresaríamos en buses y escogeríamos nuestros compañeros de pelotón. 
 
Duchazo y desayuno, recuperamos los ánimos perdidos con los tragos de la noche 
anterior y estábamos listos para partirles el alma a los “rotos de mierda” que habían 
tomado una colina en Uchumayo y amenazaban con  invadir Arequipa para violar a 
nuestra hembritas, casi todas vírgenes. 
 
Estuvo lindo el gallardo paso por el centro de Arequipa, con la gente aplaudiendo y 
vitoreando a sus heróicos salvadores, pero cuando se comenzaron a terminar las chicas 
en las ventanas de Umacollo, por el callejón de Tahuaycani ya los contenido de las 
mochilas comenzaron a trasformarse sucesivamente en papas, piedras y plomo, 
surgieron ampollas por el asfalto caliente de la panamericana y el fusil no había como 
acomodarlo ni botarlo porque el cabezón Llamozas no dejaba de joder ni un puto 
momento. 
 
Vergüenza y escándalo en la familia militar Ya estábamos pensando que los chilenos no eran tan mierdas, que en realidad no nos 
habían hecha nada a nosotros, ya que no habían pasado por Arequipa el 79, y que 
deberían venir los del Leoncio Prado a combatirlos, cuando pasando la curva del cura, 
finalmente llegamos a la zona de campamento para preparar vituallas, descansar y 
atacar con las primeras luces del alba. 
 
El resto del día estuvo simpaticón : Buen rancho, paseíto y baño al río Chili, robadita de 
peras y relax para todos, menos para los huevones que atracaron con la patrulla de 
avanzada del cabezón, que seguía jodiendo y alucinándose realmente en guerra ¿y el 
cachetón? Planificando la estrategia del ataque con la rompecatres, seguramente. 
 
La noche estuvo bacán con timbita, cañazo”etiqueta negra” y unos puchitos sin marcas 
que consiguió el “soldado Ryan”, al que todos buscaban con desesperación.  
 
A las 5 de la mañana ya estaba piteando el cabezón, pero recién como a las ocho 
partimos, con resaca y nuevas ganas de mandar todo a la mierda. En media hora nos 
tiramos el rancho frío y la escocesa, así es que a eso de las 11, con el rico solcito 
arequipeño (solzaso de mierda en esta oportunidad), el polvo, los cactus, excrementos 
de sabe dios qué y otras perlas, ya estábamos pensando en desertar. 
 
Como jefe de pelotón escogí la ruta que tendría que tomar la Estación del tren, en la que 
teníamos información de que habían avistado algunos chilenos infiltrados, pero me pesó 
toda la mañana porque la maldita estación no aparecía nunca y el terreno estaba lleno de 
cerros y quebradas, mientras que los otros pelotones se desplazaban por la pura pampita; 
el cabezón le tiró una piedra para despertarlo al ”gusano Cervantes” que derramó el 
vaso y todos lo corrieron a pedradas, así es que se fue a joder a otros “pelotones” menos 
rebeldes. 
 
 
 
 
 
 
NO LOGRAMOS AVISTAR 
AL ENEMIGO PERO 
ENCONTRAMOS COSAS 
MÁS INTERESANTES 
 
Por fín apareció la estación y todo se iluminó, la gente nos recibió como a héroes, nos 
invitaros tunas, chicha de jora y hasta cuy chactado, con habas puspas y mote. Como 
esta vez, nosotros nos adelantamos porque la “pampita” seguramente ya les resultaba el 
sahara a los otros pelotudos, nos fuimos a explorar por donde podíamos depositar la 
diarrea que nos produjo la chicha, encontrando ¡Oh maravilla! Una inmensa huerta de 
peros, así es que ya con estómago vacío, nos metimos tremenda panzada de peras y nos 
dedicábamos a llenar morrales, cuando estalló la batalla final con cuetes, explosiones y 
disparos verdaderos de soldados al aire, inspiración del cachetón Mendoza, que ya 
terminaron de loquear al cabezón apedreado, según nos contaron los sacrificados y 
aburridos “pampeños”.  Todos se dirigieron a pasar lista y aparecer en la estampita, menos el “Sargento Dumbo” 
que seguía tirándome peras desde el árbol más grande, cuando ¡ crack, CraK y CRAK! 
Se rompió una rama y comprobé que las orejas no sirven para volar. Felizmente pude 
hacerme a un lado a tiempo, y ¡bundungun! Dumbo cayó en picada; no se rompió el 
alma porque no era tan alto, pero si la pierna y se golpeó en las ramas que habíamos 
puesto para trepar, con  hemorragia nasal y una oreja lógicamente rasmillada. Ya me 
estaba imaginando la vergüenza que pasariamos al ser expulsados por desertores, 
cuando cayó de otro árbol el “panzón” Froylán Gallegos como “pera madura”, pero 
como rebotó casi ileso, solamente se golpeó un brazo, me ayudo a llevar a Dumbo al 
campo de batalla.  
 
Llegamos cuando ya celebraban la victoria final y el cabezón se disponía a fusilar como 
enemigos a 3 soldaditos asustados; tratámos de pasar desapercibidos, pero la sangre del 
elefantito nos delató y estábamos sobornando a los “pampeños indignados” con las 
peras de los morrales (hubiésemos dejado al herido antes que a ellos), cuando apareció 
el Cachetón Mendoza con los cachetes brillantemente henchidos y su frondoza 
imaginación, alucinando las pruebas de lo encarnizado de la batalla con  3 heridos, así 
es que chamba para Chambi, fotos con ellos para el álbum, periódicos locales y para 
contar cuentos a sus nietos; nosotros reanudamos la entrega de peras, hasta que se nos 
acabaron, mientras enyesaban la pierna a Dumbo, me vendaban la cabeza porque me 
había manchado con sangre de elefante y Froylan se entablillaba un brazo por las puras 
huevas. 
 
Llegó la banda del Colegio, el gordo Tejero y el General de la III Región Militar y otros 
invitados y sobones, iniciándose la ceremonia final con encendidos discursos sobre la 
gallardía y valor de los Bolognesinos, procediendo a la condecoración de los héroes de 
la batalla heridos, con lindas medallas que parecían de plata. 
 
Ya me estaba sintiendo como el “Sargento Saunders” con la banda tocando la marcha de 
banderas, cuando todo se fué a la misma mierda, porque nos faltaron peras y se produjo 
la primera risita de un camanejo para el que no alcanzaron, siguieron otras de los 
pampeños y pelotudos envidiosos, y finalmente todos terminaron riéndose a carcajadas, 
menos los 3 casi héroes heridos, el cachetón indignado y el cabezón, que realmente fue 
el único herido, pero por balazos de sus propios soldados, por lo que tampoco recibió 
medalla. 
 
Condenados a nunca recibir certificados y ser deshonrados públicamente en el patio de 
honor para resarcir la deshonra a Bolognesi, fuimos conducidos como prisioneros en la 
vuelta al Colegio, pero al llegar todos se desbandaron. porque nos esperaban nuestros 
familiares y la cosa se enfrió.  
 
Confinados en el cuarto de Los Commanders, sentimos unos pasos amenazadores y 
aparecieron dos cachet